Los caminos de la comarca de Els Ports ofrecen al viajero espacios llenos de contrastes. Un territorio abierto a la naturaleza que es vida y tradición. Aquí la tierra esconde muchos secretos. Estas montañas ofrecen en Morella un paisaje gastronómico rico en elementos y en imaginación. Tierra de frío y nieves, de vientos mediterráneos, tierra de olores y sabores…

Cada época del año aporta una personalidad culinaria. Pero, sin duda, el otoño y el largo y frío invierno marcan las pautas en la cocina morellana. Es tiempo de setas y, sobre todo, de trufa, de la trufa negra de Morella, codiciado y sabroso fruto de la tierra. Este tubérculo, descubierto hace unas décadas, se ha convertido en la aportación más nueva y atractiva para la gastronomía morellana.

La Trufa Negra de esta tierra es todo un referente del sector español y europeo. La temporada de recolección de la trufa se extiende desde noviembre a febrero.

El mercado de Morella se celebra cada viernes, por la noche, sin que nadie se percate de esta actividad. Tan solo el penetrante olor de la trufa en la calle delata la presencia de estas transacciones. Es uno de los mercados de trufa del país más importantes. En Morella se dan cita numerosos compradores, la mayoría procedente de Aragón y Cataluña, y realizan las transacciones manteniendo todo el magnetismo que envuelve a este preciado carpóforo.

La mayoría de la trufa negra que se obtiene en las tierras de Morella y de Els Ports se traslada a Francia donde se comercializa y donde es muy apreciada en su gastronomía.