Todas las estaciones tienen su encanto en la comarca dels Ports. Sin embargo, en primavera el renacer de los campos supone una explosión de color que contrasta con el serio paisaje de piedra. Los verdes intensos en los prados; los azules en las matas de erizos, los amarillos de las aliagas, los blancos y rosados en el tomillo… tejen alfombras multicolores en estas solitarias montañas.

Montañas, espacios mágicos y sagrados en todos los tiempos; repletas de esa vida que estalla en primavera sin que ninguna herramienta las trabaje; cargadas del magnetismo y la energía que proyecta la natura que las forma. Pero también los valles tienen su magia, allá donde brotan fuentes y corren ríos; donde el agua que recoge la montaña se encuentra para formar la tierra más fértil.

Todo está surcado de senderos, de caminos que a pie, en bici o a caballo, recorren las historias de estos pueblos. Historias de caminos llenos de historia, que nos traen recuerdos del pasado a cada paso. Muchos de estos trayectos están debidamente señalizados… otros se marcan cada primavera con el paso de los romeros en busca de sus santuarios.

La primavera comienza en Els Ports cuando el oso despierta. Esta es una celebración popular que se conserva en la Mata, muy cerca de Morella. Sigue con el amplio ciclo de peregrinaciones… y con las tradiciones que marca la Semana Santa y la Pascua en esta tierra.