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Víctor Amela: “Los últimos cátaros estuvieron sujetos a todas las pasiones humanas”

La Librería Serret de Valderrobres ha tenido una presentación de lujo. El reconocido periodista Víctor Amela estuvo por el Matarranya, donde presentó su primera novela, ‘El cátaro imperfecto’ (Ediciones B). En esta obra, Amela nos lleva al Maestrazgo de hace siete siglos con el catarismo como telón de fondo. Una apasionante historia que nos arrima la figura de Belibasta, el último perfecto cátaro, y su fuga de Occitania para no caer en manso de la Inquisición. Un viaje al pasado que hace rebrotar de las llamas el trasfondo de esta heretgia cristiana.

‘El cátaro imperfecto’ va por su quinta edición y ha tenido un éxito que no se esperaba el autor. Víctor Amela explicó que “la historia ha entrado con fuerza porque está llena de pasiones, de contradicciones universales y muy humanas, de miserias y grandezas”. Y a pesar de que la trama “pasó hace siete siglos, que es un montón de tiempo, todavía hoy la podemos reconocer, interpretar y vivir porque es una historia importante”. El autor, descendente de la comarca de los Puertos, se inspiró en la historia de esta tierra y de un pasaje que “nunca había sido explicado. Y es que aquí estuvieron viviendo los últimos herejes cátaros”.

Huyendo de la mano de hierro de la Inquisición, los cátaros acabaron al Maestrat, donde encontraron acogida. Víctor Amela defendió que “era muy injusto y muy erróneo no explicar esta historia”, aunque “entendí que no se había explicado porque la información había sido muy recluida y muy escondida a los Archivos del Vaticano”. El reconocido periodista ha recuperado este pasaje de la historia. “He cogido el argumento de la vida de los últimos cátaros en Morella y pueblos de la comarca. Una historia auténtica”. Y es que a pesar de tratarse de una novela, “todo el que dique pasó realmente”.

. La figura de Belibasta
Belibasta está considerado el último perfecto cátaro, el último líder espiritual de esta herejía del cristianismo y amenaza para el catolicismo romano. Amela recordó que “se los llamaba ‘perfectos’ porque eran personas modélicas, sobrias, ejemplos para los creyentes”. Los perfectos cátaros tenían “unas normas muy estrictas. No podían comer carne. Tenían que hacer ayunos muy estrictos. Eran austeros. No tenían prácticamente bienes materiales. No podían robar ni matar. Y no podían tener mujer”. Pero leyendo las confesiones de los cátaros en las actas de la Inquisición encontramos que no fue realmente así.

Víctor Amela es periodista y crítico de televisión, y con ‘El cátaro imperfecto’ ha hecho el salto a la novela. “Todo me ha traído ninguno aquí”, reconoció el autor. “Cuando uno explica una historia como periodista, primero se tiene que documentar bien, pero después le tiene que dar una gracia, un ritmo a aquello que explicas para que el lector no se aburra. Lo que he hecho con esta novela es exactamente lo mismo, pero permitiéndome alguna libertad o licencia más”. Un paso a la ficción novelada que “me ha divertido mucho. Es un veneno que me ha entrado bien y no puedo prometer que no repetiré la experimentación de la novela”.