Finaliza la tercera y definitiva campaña de excavaciones arqueológicas en el barranco de la Fontanella, cercano a Vilafranca, con interesantes resultados. En esta ocasión, se han encontrado elementos de tres ocupaciones diferentes en un periodo que se remonta entre tres mil y ocho mil años de antigüedad, desde la Edad del Bronce al Mesolítico Geométrico, pasando por el Neolítico Antiguo o Medio.

Entre los aspectos más destacados ha estado el descubrimiento de los restos de un fuego prehistórico, con su estructura de combustión muy conservado. No han faltado puntas de flecha utilizadas por cazadores y recolectores de la zona, sílex y piedra cortada, instrumentos que utilizaban para cazar y cortar, así como partes de utensilios cerámicos de antiguos ganadores y agricultores. También restos humanos con una antigüedad de entre cinco mil y siete mil años. Según parece, en este enclave se ocupaba de forma temporal, siguiendo los cazadores a determinados grupos de animales y también sirvió para enterrar cuerpos humanos.

El equipo ha sido formado por seis arqueólogos, entre los cuales estaban los impulsores del proyecto, Dídac Román e Inés Domingo, acompañados de cuatro universitarios procedentes de Salamanca, Zaragoza, Extremadura y Madrid. El sondeo se ha desarrollado a lo largo del mes de junio “a pesar de las precipitaciones registradas en Vilafranca que nos han obligado a traer un horario de trabajo intensivo” apuntaba Román. El objetivo de esta nueva excavación era “abrir algo más la extensión del yacimiento, profundizando en zonas en las cuales no se había llegado todavía a la base” indicaba el arqueólogo. Durante estas semanas, otra experta ha realizado un estudio de sedimentación con resultados fructíferos.

Román incidía que las piezas “son las que denominamos geométricas, especies de punta de flecha, pero que no tenían solamente esta función, servían para otras tareas cotidianas”. La época de estos utensilios se remonta “al Mesolítico Reciente, en la cual había el que se llama una industria lítica que producía estas herramientas”. Por su parte, Inés Domingo, destacaba que gracias a estos hallazgos “podemos entender como se vivía en cada momento, con unas conclusiones que, a falta de los datos del laboratorio, son bastante positivas”. Los dos directores valoran la implicación del ayuntamiento de Vilafranca “sin ellos no hubiera sido posible este proyecto”.

El siguiente paso pretende trabajar codo en codo con el consistorio “para poner en valor esta riqueza prehistórica de la localidad y poder obtener beneficios” explicaba Domingo. Además de este barranco de la Fontanella, se quiere potenciar el barranco de los Calabazas que cuenta con pinturas rupestres que son Patrimonio Mundial.