Tres son las cofradías procesionales que conserva la ciudad de Morella. La más antigua e importante es la Cofradía de los Dolores, dedicada a la Virgen, y conocida popularmente como “les vestes”. Su color es el negro y su procesión especial la de Jueves Santo, también llamada de “los Misterios”. Los Misterios son los símbolos a través de los cuales se relata la Pasión de Jesús. Estos curiosos elementos pasan de generación en generación.
La participación del grupo de tambores y bombos de Morella aporta a las procesiones más solemnidad. Ellos son los que abren las procesiones, también la del Jueves Santo. Las peanas de Nuestro Señor de “la canyeta”, el Nazareno, el Cristo crucificado… La historia de la pasión de Cristo es contada sin hablar en esta procesión. Cada cachirulo o “curolla” lleva un símbolo, un elemento o misterio que forma parte de las últimas horas de Jesús, y van contando su pasión.
Uno lleva los clavos que le clavaron, el otro el gallo que marcaba el tiempo de las tres negaciones de San Pedro; otro muestra la copa de vino que compartieron los trece en la última cena; las monedas que le pagaron a Judas por su traición; la esponja empapada en vinagre 
que le ofrecieron para provocarle más dolor; la lanza que le hirió el costado; la corona de espinas con la que le coronaron Rey de los Judíos; las tres cruces, los làtigos, el sol, la luna …y así hasta 65 misterios o elementos que van repasando todos y cada uno de los recuerdos de la noche de pasión de Jesus en la Tierra.
La procesión la cierra la Dolorosa, una imagen de Sanchez Lozano, conocido como el Salzillo del siglo XX, que tiene la característica de tener las manos móviles.
En el siglo XIII los franciscanos de Morella ya celebraban esta procesión de Jueves Santo [1]. Los estatutos de la Cofradia, creada en 1864 indicaban como fin “dar realce y esplendor a las procesiones de Semana Santa” para conservar, arraigar y propagar estas tradiciones. Hoy en día los herederos de aquellos cofrades siguen cumpliendo.