El pregonero que representa a la Fuerte, Fidel y Prudente Vila de Morella ha anunciado, mediante un bando [1], la llegada de las fiestas mayores de la ciudad, el Sexenni, en agosto de 2012.
Se trata de un momento único que oficializa la continuidad de la ciudad con el compromiso de celebrar las fiestas en honor a la Mare de Déu de Vallivana de seis en seis años.
El alcalde de la ciudad, Ximo Puig, ha contemplado el inicio del pregón desde el edificio consistorial, junto al Ministro de Turismo, Miguel Sebastán, la Consellera de Turismo, Lola Johnson, la Delegada del Gobierno en la Comunitat, Ana Botella, y el presidente de la Diputación, Javier Moliner. Además, han asistido más de 50 autoridades, entre las que se encontraba el director general de Tuespaña, Antonio Bernabé, o el subdelegado del gobierno en Castellón. Antonio Lorenzo.
Una vez iniciado este singular momento, el alcalde de Morella afirmaba que “el Sexenni nació en un tiempo de crisis, en horas de sufrimiento y, al final, fue la expresión de la joya y gratitud por superar la peste”. Además, añadía que “las crisis de nuestro siglo son diferentes pero nos duelen como siempre y nos hacen aflorar lo mejor y lo peor de la sociedad. Y, el Sexenni, siempre es esperanza”.
Puig también afirmaba que “queremos el mejor Sexenni porque es nuestra obligación, como han hecho todos los morellanos ahora y en todos los tiempos”. Por ello, “los morellanos nos comprometemos hoy a trabajar juntos en las calles para que estén bien adornadas, con el esfuerzo de todos más allá de donde acaben o 
empiecen las artificiales fronteras”.
. Morella, un mar de confeti
La parte oficial de la fiesta se ha cerrado a mediodía y ha dado paso a los actos lúdicos y festivos. En primer lugar, las distintas cuadrillas que participan en el desfile de carrozas, han desfilado desde Sant Miquel hasta el lugar de su vehículo, mostrando sus atuendos.
Una vez que los miembros de las 38 carrozas han alcanzado su lugar de salida en la cabalgata, se ha iniciado la gran batalla de confeti. En total, entre las carrozas, los demás vecinos de Morella y los visitantes, se han lanzado más de 50 toneladas que han dejado la ciudad llena de confeti.