La víspera del Corpus Morella se tiñe de dos colores: el blanco y el rojo. Y es que La Degolla vuelve a llenar las calles del municipio de niños vestidos de blanco y con sables rojos. Con este acto se conmemora, cada año, el pasaje bíblico de la degollación de los Santos Inocentes por el rey Herodes.
Desde la plaza de la Iglesia sale la comitiva [1], encabezada por el grupo de Gaiters y Tabalers de Morella con su particular tocata de degolla. Después de ellos, desfilan otros pasajes del antiguo y nuevo testamento que también se representan en este día. En primer lugar, el ángel, que con una estrella guía a ses majestades los reyes de Oriente. A continuación, se puede ver cada año la huída a Egipto de San Jose y de la Virgen María con el niño Jesús en brazos. Detrás y al frente de los degolladors, el capitán y el de la caldereta.
El recorrido de La Degolla pasa por calles poco habituales como Sant Francesc, la Plaza de los Estudios. Durante todo el trayecto, los niños han ido cambiando el color de su uniforme blanco por una tonalidad anaranjada. Con los sables, azafrán y agua, los degolladors dejan marca por allí por donde pasan.
Aunque no es lo habitual, ya que suelen ‘degollarse’ entre ellos, no conviene acercarse demasiado a la marabunta de niños, sobretodo si se viste de blanco, y que pueden pintar de rojo anaranjado todo lo que encuentren a su paso.