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Forcall, Villores, Vallibona, Vilafranca y Zorita del Maestrazgo celebran Sant Antoni este fin de semana

La Santantonà vuelve a hacerse cargo de la organización de la fiesta de Sant Antoni de Forcall. La fiesta medieval del fuego por excelencia, declarada Bien de Interés Cultural, ha seguido el calendario para su preparación como marca la tradición, y se dispone ahora, a vivir y disfrutar de la apoteosis de la celebración. La naturaleza y el hombre son protagonistas de la fiesta, como lo son el bien y el mal, el hecho religioso y el hecho profano.

Sant Antoni del porquet es una cita especial que en Forcall adquiere una plástica que no deja indiferente ni al que lo vive por primera vez, ni al que lo revive todos los años. Forcall ha sabido conservar la tradición de la Santantonà. Todos los elementos que tienen cabida en la celebración forcallana tienen su significado. Pero sin duda el acto que ha hecho que la fiesta haya traspasado fronteras ha sido el fuego y las botargues, la magia de una noche llena de llamas y cohetes, la apoteosis y culminación de una fiesta qué raíces hay que buscarlas más allá de la época medieval.

A las doce viejas de este viernes se levanta el Maio, que es vestido por la tarde. A las siete se realiza el acto de reconocimiento al cremaller de honor, este año Jaime Penyarroya. A continuación se ha programado una visita guiada para conocer el recorrido de la Santantonada y los elementos más destacados de esta tradición. Será a partir de las 21’30h cuando empieza el ritual más esperado: la culminación y apoteosis del fuego con la santantonà, la bendición de los animalets, y el reparto de las coquetes. Los actos centrales son el viernes, pero continúan sábado, con la labró y la siembra, y el domingo con el día de la xulla y los botets.

Vilafranca recuperó en 1980 la fiesta más tradicional del invierno, el Sant Antoni, que había dejado de celebrarse con su máximo esplendor durante la década de los años 60. En este periodo, el Ayuntamiento mantenía algunos elementos mínimos como el hecho de encender una pequeña hoguera en la Plaza o la representación teatral alrededor de Sant Antoni con gente venida otros municipios. Desde los años 80, la fiesta ha vuelto a coger mucha fuerza y ha contado casi siempre con Majoralia encargada de organizarla. Se podría decir que la importancia de la fiesta de Sant Antoni es tal para Vilafranca que con mayorales o sin ellos es casi obligado que “La Publicata” acabe saliendo adelante. La gran afición a los caballos con la que cuenta el municipio hace que las salidas en la montaña en las diferentes jornadas de trabajo previo al Sant Antoni cuenten con una elevada participación. También ahora, aficionados al caballo de otros municipios vecinos participen de la fiesta de Sant Antoni de Vilafranca.

Vallibona honora el patrón de los animales con una gran fiesta que cada año cuenta con más participación. El pueblo vuelve a llenarse de gente, como en los mejores días del mes de agosto. Y si bien a lo largo de muchos años perdieron su fiesta, la vitalidad recuperada con el empujón de todo el pueblo, hace que, casi, esté asegurada su continuidad. Sant Antoni en Vallibona también se encontrará en el grupo de demonios y dimoniets al lado de la gran hoguera que preparan los majorals y los voluntarios, en las horas previas a la celebración. Lo harán con la brosta, que entrará con numerosas caballerías que a mitad tarde traerán la carga hasta la plaza. Mientras se acaba de hacer este monumento vegetal bajo el cual gira todo el ritual de la celebración, los más pequeños podrán disfrutar de una chocolatada, de juegos tradicionales y, los que quieran, podrán pasear con caballos; los grandes ya empezarán a ponerle el “salero” al Ball Plà.

La bendición de los animales y el reparto de la coqueta, da lugar a la encendida de la barraca. La fiesta continúa con la cena de hermandad al Pabellón, que siempre se queda pequeño para días como estos.

Villores cuenta con uno de los Sant Antonis más participativos. Los demonios y botargues, con sus atractivas vestimentas, encabezan un desfile que recorrerá las calles del pueblo entrando en las casas de los vecinos que quieren obsequiar a los asistentes. El fuego calma a los demonios y también a los vecinos y a los visitantes que se ven abocados a implicarse de pleno en la fiesta.

Zorita del Maestrazgo reúne en todo el pueblo alrededor de la fiesta. En esta población, además de la hermandad y armonía, destaca “la Diablera”, demonios muy osados y tremendos que implican a todos en la fiesta del fuego. Mientras dura la fiesta y en las jornadas previas son habituales los almuerzos, comidas y cenas de hermandad.