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El Sexenni, una tradición que revive en Morella “de 6 en 6” años

Los morellanos están preparados para celebrar sus fiestas mayores: El Sexenni. Después de muchos meses de trabajo, unos con los adornos de sus calles, otros con la organización del programa, y muchos con los ensayos de las danzas, ha comenzado la cuenta atrás para una celebración especial y compartida, que supone la renovación de un voto realizado hace más de 300 años.

La entrada de las colonias
El punto de partida de las fiestas sexenales es, sin duda, la entrada de las colonias. La bienvenida que los morellanos dan a los otros morellanos, los que han nacido en Barcelona, Madrid, Valencia, Castellón, pero siguen manteniendo sus raíces y compartiendo la devoción por su patrona, Vallivana. Es la historia de muchas familias de la zona. A principios del siglo XX, empieza la decadencia de la prospera industria textil morellana. Tantos fueron los morellanos que tuvieron que marchar en la segunda mitad del siglo XIX, y sobre todo, en las primeras décadas del siglo XX, que ya en 1856, el último día del Sexenio fue organizado por la colonia de ausentes.

Tanta gente acogió la vecina Cataluña que, en 1903 la colonia morellano-catalana se constituyó en junta autónoma, y en el 35 Sexenio, en 1904, la colonia catalana se independizaría de la colonia de ausentes. Muchos de los que ahora forman parte de las colonias, no han nacido en Morella, son hijos de los puntos de acogida de sus padres o de sus abuelos; sin embargo, se continúan sintiendo morellanos. I aunque ahora, normalmente cada fin de semana, o al menos en periodos vacacionales pueden volver a su pueblo, sus abuelos, y acaso sus padres, no contaban con los mismos medios, y a menudo sólo se podía volver de seis en seis años, para el Sexenio.

La entrada de las colonias es un acto muy emotivo. Los que vienen traen consigo palabras de añoranza y de estima. Los que los reciben, se sienten orgullosos de compartir con ellos, pasado y presente, a pesar de la lejanía. La entrada de las colonias será el 16 de agosto.

La rogativa
El viernes, 17, llega el momento esperado. Centenares de morellanos caminaran a Vallivana. Recorrerán cantando los 24 kilómetros que los separan, para recoger a la pequeña imagen de su Virgen. El historiador Segura Barreda explica el hallazgo de la talla de la siguiente manera: al año siguiente de la conquista de Morella (1232) por don Blasco de Alagón, se encontró la imagen de María en el fondo del barranco de Vallivana, lugar en donde había sido ocultada para librarla de ser destruida por los musulmanes a su llegada a la comarca hacia 714”. La leyenda cuenta que fue un pastor quién encontró la pequeña imagen, sorprendido por un fulgor extraño entre matorrales. Sin embargo, algunos expertos consideran que la escultura tiene rasgos góticos, y por tanto su antigüedad no iría más allá del siglo XIV.

Sea como fuere, la imagen sobrevivió a las diferentes guerras que soportó la zona, y es, en la actualidad, la talla original la que se sigue venerando. Su morada es siempre el Santuario de Vallivana. Allí, en el barranco dónde fue encontrada y que le dio nombre, los morellanos fueron construyendo, y ampliando con los siglos su ermita. Cada mayo recorren a pie este trayecto. Todos los años excepto los sexenales, que trasladan la romería al mes de agosto, porque de regreso traerán consigo la autentica imagen de la protectora del pueblo. Es muy difícil explicar como se vive en Morella el año sexenal: el sentimiento de comunidad crece a medida que la fecha se acerca y estalla cuando la morellana más ilustre, acompañada por los romeros, entra en la ciudad por la Puerta de los Estudios. No se puede explicar que pasa: viene de dentro… del alma; Y lo curioso es que siendo religioso todo el evento, tampoco lo religioso es la explicación completa: muchos, ajenos a la Iglesia, la esperan como se espera a la persona querida y sin poder contenerse lloran de gozo cuando la pequeña imagen, desde su majestuoso trono, parece que les sonría.

La devoción a María de Vallivana es como un signo de identidad para los morellanos. Los romeros llegaran a Morella con la Virgen el sábado, 18 de agosto. Encontraran la ciudad vestida con sus mejores galas. Adornada con esos tapices de papel de colores que han confeccionado los vecinos, cada noche del último año.

Novenario
A partir de su llegada, todo el pueblo quiere rendir homenaje y tributo a su Virgen. Cada día, un gremio se encargará de la organización de los actos, y un sector del pueblo, con sus danzas y emblemas, presidirán las procesiones y retablos. Ayuntamiento y Clero, el domingo; gremio de Jubilados,el lunes; Gremio de labradores y ganaderos, el martes; colonia morellano-catalana, el miércoles; el jueves está organizado por la colonia de morellanos ausentes; el viernes por el gremio de profesiones, industria y transporte; el gremio del comercio tiene reservado el sábado; el de artes y oficios, el domingo; el gremio de la juventud pondrá fin al novenario.