Morella no solo ha sabido conservar su gran legado patrimonial en su arquitectura; los morellanos mantienen sus costumbres y tradiciones celosamente. Un claro ejemplo es la procesión del Corpus que ya ha cumplido siete siglos. Desde 1358 toda la historia del Corpus de Morella está documentada. La fiesta tiene aquí elementos parecidos a la gran procesión de Valencia; sin embargo también tiene características propias, como es la representación de la Degolla, la víspera de la fiesta.

La procesión es un repaso a la historia sagrada. La implicación de los vecinos se hace del todo necesaria ya que son casi 150 personajes bíblicos, además de los patrones de las diferentes cofradías, los que toman parte de la misma.

Ese día Morella se viste de fiesta. Sus campanas compiten con los toques de dulzaina y tambor, y en algunos puntos de sus calles, alfombras con espliego y romero aroman el ambiente con la esencia de esta tierra. La procesión tiene lugar el domingo por la tarde. La Basílica es el punto de inicio y el punto final. Los cuatro gigantes abren la comitiva. Siguen los gremios y cofradías, con sus patrones: San Nicolás, con los más jóvenes; Santa Lucía con los herreros, panaderos, electricistas y sastres; Santa Teresa, con la junta del gremio de la Juventud. Le sigue San Roque, con los quintos en curso; San Cristobal con los conductores; San Antonio con el gremio de labradores y ganaderos; San José con los carpinteros, obreros, artesanos y zapateros. La Mercé, con los quintos de 1953, que desde que fueron mayorales decidieron seguir participando. No suele faltar la Virgen del Rosario, ni por supuesto los patrones de Morella: San Miguel, San Vicente, y San Julián. Y justo detrás la estimada patrona, la Virgen de Vallivana.

A partir de ese momento el antiguo testamento comienza a recordarse con personajes bíblicos como Jacob y sus doce hijos; David y los Reyes de Israel; la música del rey Herodes; el Arca de la Alianza; Josué, Aaron, Moisés y Melquisedec; los cuatro Evangelistas; Abraham, Isaac, San Rafael y Tobías; los doce apóstoles; los 24 ancianos, y en medio el pequeño San Juan con el cordero pascual, símbolo del Corpus Christi.

En esta procesión también podemos ver otro de los emblemas del pueblo, el Àliga. Es como una gran paloma de la paz, con su rama de olivo en el pico, que requiere de mucho esfuerzo para ser portada por las cuestas de Morella.

La procesión del Corpus en Morella es una manifestación de fe, pero también, el deseo de los morellanos de mantener vivas sus tradiciones.