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El ciclo de ‘Rotllos i primes’ en Morella

A pesar de todos los caminos perdidos, Morella sigue conservando, en su calendario anual, un ciclo amplio de visitas a ermitas y peirones repartidos por todo su término municipal: es el Ciclo de Rotllos i Primes. Desde San Marcos, el 25 de abril, hasta San Cristobal, ya en junio, los morellanos recorren los cuatro puntos cardinales de su extenso término municipal, con más de 400 km2., visitando una docena de ermitas.

En ese periodo de tiempo, todas las denes (partes en las que está dividido el término), con sus respectivos votos o promesas repartirán pan bendito o compartirán un poco de turrón o de panoli, en esos puntos estratégicos donde se divisan todos los campos de la dena, cumpliendo así la promesa realizada por sus antepasados y pidiendo protección: “Que ninguna nube negra arruine nuestras cosechas, que la escasez de agua no mengüe nuestro grano, que la abundancia del liquido elemento no pudra nuestro alimento”. Salud y prosperidad para los campos, los ganados y las gentes que cuidan y viven de ellos, son las oraciones que, acoplándose a la necesidad de cada momento, se lanzan a los cuatro puntos cardinales del territorio desde donde se recitan.

Normalmente, las promesas vinieron dadas por pertinaces sequías, sin embargo, en algunos casos, la tradición arranca por otros motivos. Así, el origen de la prima del riu de les Corces, según recoge la tradición, se produjo a raíz de un desagradable suceso: un niño de la Carcellera fue devorado por unos cerdos que pastaban sueltos en la masía de Torre Madó. A partir de ese momento los vecinos comenzaron a oír llorar a un niño, cada vez que pasaban cerca del lugar. Las familias de las masías cercanas, hicieron voto de repartir pan bendito en un peirón que dedicaron a la exaltación de la Cruz. A partir del cumplimiento de la promesa, los lloros cesaron.

En el caso del voto de San Cristobal, compuesto por varias masías de las denas de Morella la Vella y la Roca, la tradición comenzó porque las cinco masías se quedaban muchos años sin cosecha a causa de fuertes vendavales en esa zona. Para que cesaran los vientos, levantaron un peiró en lo alto de la masía del Prat, dedicado a San Cristobal, con la obligación de ofrecer pan en forma de rollo. Esta cita es conocida como la prima dels coixos , ya que el lugar está tan cerca del casco urbano de Morella, que incluso sin estar en perfectas condiciones físicas, uno puede acudir a pie. En los últimos años, no se ha repartido rollo en ese lugar.

Algunos de los votos o promesas, servían para aliviar otras necesidades. Así por ejemplo, el voto de la romería de San Antonio de la Vespa a San Cristobal de la Todolella, tenía un fondo común, que servía para pagar los gastos derivados de la rogativa, y también, para socorrer a los vecinos del voto que estuvieran pasando alguna dificultad: no era una dádiva, sino un préstamo a bajo interés.